sábado, 20 de agosto de 2011

VI

La televisión pública (I)

Debo confesar que últimamente me hallo más crítica que literaria, por lo que ruego que me disculpéis por no subir ningún relato. Llevo días con un pensamiento que no para de rondarme, y estoy segura de que muchos de vosotros lo habréis apreciado en más de una ocasión: ¿Cuál es el grado de influencia de la política sobre la prensa?

Sin duda alguna, el grado es muy elevado. Tanto, que su simple ocultación se hace tan evidente como un secreto a voces. Todos lo conocen, pero nadie hace nada al respecto. ¿Y por qué? La respuesta es clara sabiendo quién tiene el poder para tomar cartas en el asunto.

Podemos hablar de justicia, de realidad, de resignación... pero por mucho que lo hagamos, no llegamos a ninguna parte. Televisión pública y privada, tanto una como otra se posicionan hacia un bando. En el caso de la televisión privada, es algo que todos tenemos asumido, pues es inevitable guste o no; pero en el caso de la televisión pública tocamos un punto mucho más delicado.

Lo primero de todo, al igual que en un ensayo, debemos proceder a definir la palabra público, para asegurar el entero conocimiento del término.

Dentro del contexto tratado, entendemos por público aquello opuesto a lo privado, es decir, para todos los ciudadanos o para gente en general, y aquello del Estado o de sus instituciones o que está controlado por ellos*. Así pues, asumimos que la televisión pública es gestionada por el Estado, pero ello no implica que deba beneficiarlo, sino que debe ser objetiva y neutral en sus difusiones, puesto que es algo que pagamos todos con nuestros impuestos. Y nosotros, como espectadores, merecemos conocer los hechos al detalle.

Esta conclusión tan clara y lógica parece no ser entendida por los altos cargos del gobierno (sean quienes sean según la ocasión). De este modo, nos encontramos que la televisión pública, aquella que mantenemos con nuestros pagos para que nos ofrezca una información veraz y equilibrada, no es más que un instrumento de información subliminal que busca favorecer al partido político del momento. Cada cambio producido dentro del gobierno repercute en la televisión pública (véase el ejemplo de las alteraciones en el Telediario tras cada elección)**, y no debería ser así, puesto que si se nos ofreciese una televisión neutra no deberían acometerse variaciones que pudieran declinar la balanza hacia el lado más beneficioso. ¿Beneficioso para quién?, deberíamos preguntarles. Desde luego, para la audiencia no.

Algunas instituciones como la FAPE (Federación de Asociaciones de Periodistas de España), han denunciado este hecho repetidas veces, sin lograr cambios evidentes, pero ése es un tema que me gustaría tratar más adelante.

¿Qué pensáis vosotros de todo esto?

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*Definiciones sacadas de la RAE
** Un ejemplo de lo que quiero decir: Link 1, Link 2.



6 comentarios:

  1. Que los medios son poderosas armas de influencia sobre la sociedad.
    Que están manipuladas.
    Que benefician al gobierno de turno.
    Que tienen más poder que una bomba atómica.

    Y que es muy complicado torcer ese rumbo.
    Pero , este tipo de pensamientos, de textos reflexivos e incisivos son la excepción a la regla, y un grano de esperanza para revertir la situación.

    Beso grande, Marta.

    SIL

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  2. ¿Cómo es la información subliminal? Creo que el asunto en los medios de comunicación es algo más profundo porque no sólo tiene que ver la empresa que publica información veraz o no, sino las audiencias (que hay de muchos tipos) que piden y piden ese mismo tipo de contenido.
    Al final, es como estar en una ratonera.

    Un abrazo.

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  3. Ésperame en Siberia, cuando hablo de información subliminal me refiero a aquellos "chanchullos" realizados por las cadenas para dar a la audiencia la imagen que ellos desean dar.
    Pongo un ejemplo: en el telediario de una determinada cadena (no diré cuál por respetar su privacidad), uno de sus colaboradores - al que conozco personalmente- estaba obligado a recortar imágenes del PSOE en busca de favorecer, en este caso determinado, al PP con sus declaraciones. En este caso se trataba de una cadena de televisión privada.
    La televisión pública tiene la obligación de cumplir con un determinado equilibrio al poner imágenes y declaraciones políticas, y debe publicarlas respetando los tiempos. Es decir, hablando de los dos grandes partidos que tenemos en España, si el telediario expone declaraciones del PSOE durante 5 minutos, debe exponer declaraciones del PP durante el mismo intervalo de tiempo. ¿Con qué juegan? Con la calidad de las declaraciones, ya que la cantidad la controlan a la perfección. No es lo mismo sacar 5 minutos de Rajoy planteando soluciones a la crisis que 5 minutos de Zapatero saludando a las cámaras. ¿Me explico? Ése es un vacío reglamentario muy grande que debería tenerse en cuenta. Pero claro, a según quienes no les conviene.

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  4. y hay bando qeu no cuentan con ningún tipo de televisión

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  5. Lo sé, ALA_STRANGE, pero la cuestión es que ningún bando debería tener una televisión con la que plasmar su ideología, y mucho menos en el ámbito informativo.

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  6. Leyendo esto he recordado la TVE de Urdaci y la Telemadrid de estos últimos años, y se me ha puesto un nudo en la garganta...
    Está claro no sólo el desequilibrio hacia determinados bandos de turno, sino una evidente manipulación que muchos tragamos sin masticar. Sólo hay que echarle un vistazo a la TDT para temblar y vomitar.

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